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Nuestros objetivos

Desde el comienzo de su existencia, y antes también, el infante tiene un lugar en el deseo de otros; otros adultos capaces de criar y ayudar, desde diversos derroteros que le puedan ofrecer la oportunidad de ser persona.

Para que el cuerpo adquiera habilidades necesitará satisfacer el organismo con alimento y protección. Su crecimiento biológico y nutrición es base orgánica necesaria para que el cuerpo desarrolle habilidades instrumentales, de las que el sujeto en formación se irá paulatinamente apropiando.

Su siquismo y la relación con los otros, marcarán los hitos de importancia para la construcción de la personalidad, identidad y autoestima futuras; como así también de su inteligencia.

La noción de construir aprendizajes ocupará aquí, ya que de infantes se trata, un plano fundamental.

Comenzamos a vislumbrar en nuestro recorrido diferencias más que obvias entre el niño y el adulto. Cuando el adulto se caracteriza por un «eso basta como está”, para el niño eso nunca es suficiente.

Y es desde lo más profundo que nos planteamos como institución Educativa un nuevo desafío: hay que refundar la Escuela.

Para ello nuestra organización contará con profesionales que busquen caminar hacia un nuevo paradigma educativo, donde contenidos y métodos actúen como medios para desarrollar capacidades – destrezas (caja de herramientas del aprendiz, tecnología mental del aprendiz) y valores – actitudes (tonalidades afectivas).

La clave de la Refundación de la Escuela está en las aulas, concretamente en el diseño Curricular Áulico.

Para ello se apuntará a la propia práctica profesional iluminada por un nuevo paradigma. socio – cognitivo. Nuestra Escuela tendrá una visión humanista, cuyo elemento nuclear son los valores entendidos como patrimonios de la humanidad a consolidar y a proteger.

Una Refundación que busque el camino seguro hacia la “escuela inteligente».

Planteamos además el aprendizaje institucional cooperativo que se apoya en un cambio de mirada de la propia institución desde su formación interna, sustentado en una filosofía práctica, ideología previamente consensuada, compartida, aplicable al aula desde los lineamientos iniciales.

Perkins, en 1992, propuso: «las escuelas han logrado, por cierto, cosas inimaginables en el pasado, pero hoy nuestros sueños son más ambiciosos. Queremos escuelas que brinden conocimientos y comprensión a un gran número de personas con distintas capacidades e intereses, y provenientes de medios culturales y familiares diferentes, lo cual implica todo un desafío. Y estamos dispuestos a aceptarlo”.

Es en la comprensión y sus diversos niveles; y en las inteligencias múltiples, en donde nos afirmaremos. Pues vamos a partir de las fortalezas de cada uno de nuestros alumnos para el logro de nuevas capacidades.